martes, 15 de junio de 2010

PRESENCIA DE PIRATAS EN EL LAGO DE MARACAIBO Y SUS INCURSIONES MÁS IMPORTANTES EN VENEZUELA

PRESENCIA DE PIRATAS EN EL LAGO DE MARACAIBO Y SUS INCURSIONES MÁS IMPORTANTES EN VENEZUELA


          PRESENCIA DE PIRATAS EN EL LAGO DE MARACAIBO



         Desde el punto de vista económico, entre la época cuando Alonso de Ojeda entró al Lago de Maracaibo (1499) hasta finales del siglo XVIII, inclusive, lo más resaltante ocurrido en esta parte de la geografía venezolana fue el intenso y lucrativo tráfico comercial lacustre interno. También se resalta el crecimiento demográfico de Maracaibo, constituido, sin discusión, en importante centro de actividad mercantil de importación y exportación.

           Para que esta importancia fuera de realce, una actividad paralela de índole agrícola se manifestaba en las costas sureñas del lago: la producción cacaotera. Gibraltar estaba a la cabeza de un corredor lacustre donde la explotación agrícola se hizo con abundante mano de obra esclava, venida indistintamente desde Las Antillas francesas, holandesas e inglesas. Creció el grano gracias a la bondad de sus suelos, al sudor de los negros africanos y a la inversión de capitales hecha, principalmente, por blancos españoles radicados en Mérida y Trujillo. El destino de la producción cacaotera de Gibraltar era Europa, con escalas en Maracaibo y otros puertos caribeños.

          De los alrededores de Monteclaro, cercano de Maracaibo, provenían las conservas o pescados salados, que deleitaban a esclavistas y esclavos del sur, y también a blancos e indios.

          Todo este conjunto de mercaderías y muchas otras se juntaban con lotes de finas sedas y encajes para la sociedad blanca montañesa. También aportaban instrumentos de labranza, vinos, aceite de oliva y un sinfín de cosas más, que por el lago se enviaban hasta Gibraltar y hasta riberas del río Zulia.

          Los cargamentos tomados por los piratas, estaban formados, entre otros, por criados y vacunos.

         Aunque la historia muestra oportunidades en que las defensas militares españolas apostadas en las costas venezolanas, muchas veces apoyadas por los propios vecinos, lograron resistir los embates de los piratas de otras latitudes, les derrotaron en tierra o les hicieron reembarcarse hacia el mar.

          La región lacustre estuvo siempre a la deriva de las acometidas de los invasores, liderados por arrojados capitanes, comandantes de numerosa flota mejor armada que los disminuidos soldados y habitantes acá asentados. La estrategia defensiva de Gibraltar, por ejemplo, era responsabilidad del gobierno de Mérida y La Grita.




INCURSIONES PIRATAS MÁS IMPORTANTES EN VENEZUELA

         Las incursiones más importantes, por su magnitud, las resumimos a continuación:

         Incursión Holandesa:

          Buena parte de la información recogida la registra Luis Britto García en su obra “Demonios del Mar. Piratas y Corsarios en Venezuela, 1528 - 1727”, la actividad de los piratas contra Maracaibo y otras localidades ubicadas en las riberas del Lago de Maracaibo, desde la cuarta década del siglo XVII.

         En Octubre de 1641, por ejemplo, el gobierno del nuevo gobernador holandés residente en Curazao, Jan Claeszoon Van Campen, envió una flota de cuatro buques hacia el Golfo de Venezuela, comandada por el capitán Heydrick Gerritsz, quien frente a Maracaibo pasó airoso rumbo al sur. Desembarcó hombres en los lugares llamados Somocoro y Mocoro y, vista la escasa defensa, prosiguió hacia Gibraltar, provincia de Mérida. El gobernador andino, Felix Fernández de Guzmán, estaba en aquel lugar pero sin los recursos bélicos para enfrentar a los invasores, quienes eran más numerosos y estaban mejor equipados. El gobernador no le quedó otra que comandar el éxodo de la población gibraltareña y ordenó incendiar las edificaciones, justo cuando los piratas procedían al desembarco. Sin embargo, los invasores lograron tomar una de sus embarcaciones, con tripulantes y cargamento. Asimismo, se apropiaron de las imágenes de un convento además de unos 300 sacos de tabaco.

          Incursión Inglesa:

          En Diciembre de 1642, el británico William Jackson logró adentrarse en la Barra (sector lacustre muy cercano al lago), llegó con solo parte de su flota, pues los barcos más grandes, no pudieron avanzar millas más hacia el Lago. Como resultado, escasamente hizo Jackson acopio de pocas cantidades de tabaco, cueros y azúcar. Sin embargo, los pobladores le entregaron rescate de diez mil pesos para que no cumpliese su amenaza de incendiar la ciudad. Luego, se desplazó hacia Gibraltar, la cual saqueó sin que el Gobernador de Mérida, Félix Fernández de Guzmán, pudiera impedirlo.

          Mientras ello sucedía, Fernández de Fuenmayor llegaba a Maracaibo con tropas limitadas en cuanto a número y armamento. Establece comunicación escrita con Jackson, proveniente del sur, solicitándole se retire de estas aguas o que desembarque para dilucidar combates. Finalmente, el inglés optó por navegar y continuar con sus tropas atacando a Cartagena de Indias.

          Incursión Francesa:

          Los piratas franceses también invadieron la región lacustre resaltando que fueron, tal vez, los más osados. Uno de ellos logró atravesar las montañas andinas y posesionarse durante varias semanas en la ciudad de Trujillo. David Naú el más destacado de los franceses arribó al Caribe a los veinte años de edad. Su primera aventura ocurrió durante el frustrado ataque pirata a Campeche, Nueva España, en 1668. Allí, una tormenta hizo naufragar la embarcación, donde él viajaba, procediendo los españoles a capturarla frente a la costa, no sin antes enfrentarse a los piratas. Naú fingió estar muerto, luego de ser herido en combate.

          Del lugar huyó hacia un bosque; con diversas artimañas robó una embarcación y llegó a La Tortuga para, luego, proseguir a Los Cayos, Isla La Española, donde asaltó un barco armado por el Gobernador para resistir a piratas; sacrificó a sus tripulantes y se apoderó de dos navíos más. Con estos se dirigió hacia Maracaibo.

          Logró en el mar posesionarse de dos navíos españoles más, que le aportaron buen cargamento. Eran barcos más grandes que los suyos. Uno de ellos contentivo de cacao El otro, cargado con mucho armamento que iba hacia Santo Domingo. Ahora Naú, más presto, atacaría a Maracaibo con siete barcos, con una tripulación de 440 hombres bien pertrechados y más de treinta cañones como artillería. Hizo degollar a toda la milicia hispana a fin de apoderarse de su armamento. Luego, su paso se hizo hasta Maracaibo, ciudad que tomaron con gran facilidad cuyos habitantes huían hacia las adyacencias, creyendo no ser perseguidos por los piratas. Después de saquear almacenes repletos de mercancías, hubo festejo de los piratas durante quince días. De seguidas, se aprestaron los invasores para navegar hacia el sur, para continuar su recorrido.

         Su arribo al puerto merideño de Gibraltar, tres días después, se hizo en medio de un duro combate pues la población había sido fortalecida por vecinos y por la guarnición militar andina, una vez recibidas noticias de la presencia de piratas en Maracaibo. El resultado fue: unos 500 españoles perecieron, 150 cayeron prisioneros, además de 500 esclavos entre los cuales había muchas mujeres y niños. De los piratas murieron 40 y quedaron heridos 80.

          Los invasores vencieron la dura resistencia y pasaron a buscar el botín. En el lugar permanecieron durante seis semanas, discutieron la posibilidad de proseguir hacia Mérida, cuyo gobernador había muerto en batalla defendiendo a Gibraltar. Lo obtenido fue poco y el rescate pedido a los vecinos no se consumó, por lo que Naú ordenó el incendio de la población antes de regresar a Maracaibo. Llegado acá exigió, también, rescate a los aterrados vecinos que presagiaban su retorno.

         Éstos, le entregaron 500 reses vacunas. Ordenó, entretanto, destruir las iglesias previa recolección de sus ornamentos, cuadros, esculturas, campanas y cruces, ya que con ellas dotaría un templo católico a edificarse en La Tortuga logrado lo demandado, Naú ordenó la retirada. Arribaría con su gente a la pequeña isla de Gonaves, cerca de Haití, donde se hizo el reparto del botín: más de 260 mil escudos en joyas y plata,

          Muchos de sus marineros regresaron a Francia con enormes fortunas luego de tan provechosa invasión, Naú reanudó sus feroces ataques contra otras bases españolas ubicadas en Centroamérica hasta que para su mala fortuna naufragó en el Golfo de Darién. Cayó en manos de unos indios, quienes le descuartizaron, le asaron y le comieron entre todos.


1 comentario:

  1. Me encanta este trabajo, que cosa que los piratas se metían era o a Mérida o a Maracaibo. Debo leerlo completo para ver. Porque se de una historia de un valiente defensor de nuestras costas quien creo repelió al mismo Morgan.

    Me encantó, gracias por esta entrada :)

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